Countries<Spain<Extremadura<Mérida< Conjunto arqueológico de Mérida
The archaeological site of Mérida is one of the most important and extensive in Spain. It was inscribed on the World Heritage List in 1993 as a remarkable example of public buildings from the Roman Empire and an exceptional testimony to a very significant period in the history of Spain and the world. The monuments of Mérida are a valuable example of the public buildings of a Roman provincial capital, of which remains of particular importance have been preserved. The origins of the Extremaduran city of Mérida date back to 25 BC, when the Emperor Octavian Augustus, at the end of his campaign in Hispania, founded the colony Augusta Emerita as an idealised mirror of Rome for the veterans (emeritus) of legions V and X. It was subsequently distinguished by being named the capital of Lusitania, the westernmost province of the Roman Empire. From its origins until the fall of the Roman Empire, Merida was an important legal, economic and military centre, especially after Diocletian's administrative reform, which made it the capital of the diocese of Hispania. In the Visigothic period it continued its splendour, being one of the most important cities on the peninsula in the 5th century, with one of the oldest archiepiscopal seats on the peninsula.
The city of Mérida is made up of an abundant collection of monuments and public works not only from the Roman period, but also from the Visigothic and Muslim periods. The archaeological site, with a total surface area of 36.87 hectares, includes 29 elements, most of which are vestiges of the ancient Roman colony, as well as unique buildings from the Visigothic and Muslim periods. Most of the elements are located in the area inside the walls of the Roman colony, but some are outside the walls, such as the dams, the aqueducts or the Alange thermal baths, located in a natural environment and a landscape very similar to that of the Roman period.
The remains of the ancient Roman city are well preserved, giving a complete idea of what a Roman provincial capital was like in Imperial times. The theatre, promoted by the consul Marcus Vipsanius Agrippa in 15 and 16 BC, is particularly noteworthy. Also significant are the amphitheatre and the Roman circus, where the famous chariot and chariot races were held. The aqueduct of Los Milagros, which carried water from the Prosperina reservoir, and the Rabo de Buey-San Lázaro aqueduct, both built to overcome the lack of water, have also been preserved. Due to its status as the capital of the province of Lusitania, Mérida had two forums, of which some buildings such as the Temple of Diana and the public baths are still preserved. Other very representative examples are the Arch of Trajan, which was located on the Cardo Maximus, one of the main roads in the city and a link between the two forums, and the Casa del Mitreo, an example of Roman domestic architecture where the Cosmological Mosaic is located.
El conjunto arqueológico de Mérida es uno de los más importantes y extensos de España. Fue inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial en el año 1993 por ser un ejemplo notable de edificación pública del Imperio romano y testimonio excepcional de una etapa muy significativa en la historia de España y del mundo. Los monumentos de Mérida constituyen un valioso ejemplo de edificios públicos de una capital de provincia romana, de los que se han conservado restos de especial importancia.Los orígenes de la ciudad extremeña de Mérida se remontan al año 25 a.C., cuando el emperador Octavio Augusto, al final de su campaña en Hispania, fundó la colonia Augusta Emérita como espejo idealizado de Roma para los veteranos (eméritos) de las legiones V y X. Posteriormente fue distinguida con el nombramiento de capital de la Lusitania, la provincia más occidental del Imperio Romano. Desde su origen hasta la caída del Imperio romano, Mérida fue un destacado centro jurídico, económico y militar, especialmente tras la reforma administrativa de Diocleciano con lo que pasa a ser capital de la diócesis de Hispania. En época visigoda continuó su esplendor, siendo en el siglo V una de las ciudades más importantes de la península, con una de las más antiguas sedes arzobispales de la misma.
La ciudad de Mérida está compuesta por una abundante colección de monumentos y obras públicas no sólo de época romana, sino también de época visigoda y musulmana. El conjunto arqueológico, con una superficie total de 36.87 hectáreas, incluye 29 elementos, que comprenden, en su mayoría, vestigios de la antigua Colonia romana, así como singulares edificios de épocas visigoda y musulmana. La mayor parte de los elementos se encuentran localizados en la zona intramuros de la colonia romana, pero algunos se hallan extramuros, como las presas, los acueductos o las termas de Alange, situados en un entorno natural y un paisaje muy similar al de la época romana.
Los vestigios de la ciudad romana antigua están bien conservados, ofreciendo una idea completa de cómo era una capital de una provincia romana en la época imperial. Entre los elementos declarados destaca especialmente el teatro, promovido por el cónsul Marco Vipsanio Agripa en el 15 y 16 a. C. Son también significativos el anfiteatro y el circo romano, lugar donde se celebraban las famosas carreras de bigas y cuádrigas. Se conservan asimismo el acueducto de los Milagros, por el que discurría el agua procedente del pantano de Prosperina y el acueducto Rabo de Buey-San Lázaro, construidos ambos para solventar la falta de agua. Por su rango de capital de provincia de Lusitania, Mérida contó con dos foros, de los que todavía se conservan algunas edificaciones como el Templo de Diana o las termas públicas. Otros ejemplos también muy representativos son el Arco de Trajano que se encontraba en el Cardo Maximus, una de las principales vías de la ciudad y medio de enlace entre los dos foros, o la Casa del Mitreo, ejemplo de arquitectura doméstica romana donde se localiza el Mosaico Cosmológico.