Countries<Spain<Comunidad Valenciana<Alberique< Convento de Nuestra Señora de los Ángeles
The foundation of the convent required a dispensation from King Spain, since between Alberique and the convent of La Alcudia there was not the minimum distance required between convents. The foundation had the support of the population, but most of the local clergy opposed it.
From what is recorded in the conventual account books, it is known that the community was not numerous, being generally composed of five or six friars. However, it must have exerted some influence on the local youth, since some of the members were sons of Alberique, distinguishable in the books because they put Alberic or Alberique after their names.
The convent of Alberique was poor, even by Franciscan standards of sobriety. This was reflected in the list of the furnishings of November 24, 1851, made on the occasion of the change of bursar of the parish of San Lorenzo, where the conventual goods had gone.
The convent was suppressed on August 25, 1835, by the application of the decree of July 25 that suppressed all the convents of less than twelve friars. Once the building was disentailed and the Capuchins exclaustrated, the building was to be used as a prison for the judicial district of Alberique, following the instructions of a royal order that affected many convents in the province. However, the town council initiated a file that finally led to a new royal order that awarded the property to the Alberique consistory to establish primary schools there.
A report of 1871 sent by the mayor of the municipality to the Economic Administration of the Province of Valencia, states that the building was then used as an elementary school, music academy, municipal deposit of prisoners, barracks of the Civil Guard and theater-casino.
At the beginning of the 21st century, only the church remains, which is no longer used for worship and is in the process of being adapted as a cultural space.
La fundación del convento requirió de una dispensa del rey España, ya que entre Alberique y el convento de La Alcudia no había la distancia mínima requerida entre conventos. La fundación contó con el apoyo de la población, pero la mayoría de los clérigos locales se opusieron.
Por lo recogido en los libros de cuentas conventuales, se sabe que la comunidad no fue numerosa, estando compuesta por lo general por cinco o seis frailes. Sin embargo debió de ejercer cierta influencia sobre la juventud local, ya que figuran entre los miembros hijos de Alberique, distinguibles en los libros por posponer a sus nombres d'Alberic o de Alberique.
El convento de Alberique era pobre, incluso para los estándares de sobriedad propios de los franciscanos. Así se reflejaba en la relación del mobiliario de 24 de noviembre de 1851, efectuada con motivo del cambio de ecónomo de la parroquia de San Lorenzo, a la que habían ido a parar los bienes conventuales.
El convento fue suprimido el 25 de agosto de 1835, por la aplicación del decreto de 25 de julio que se suprimía todos los conventos de menos de doce frailes. Una vez desamortizado el edificio y exclaustrados los capuchinos, el edificio iba a destinarse a prisión del partido judicial de Alberique, siguiendo las instrucciones de una real orden que afectaba a muchos conventos de la provincia. Sin embargo el ayuntamiento inició un expediente que finalmente llevó a una nueva real orden que adjudicaba la propiedad al consistorio alberiquense para establecer en ella las escuelas de educación primaria.
Un informe de 1871 enviado por el alcalde del municipio a la Administración Económica de la Provincia de Valencia, hace constar que el edificio se destinaba entonces a escuela primaria, academia de música, depósito municipal de presos, cuartel de la Guardia Civil y teatro-casino.
A inicios del siglo XXI solo se conserva la iglesia, la cual no se utiliza ya para el culto y está en proceso de adaptación como espacio cultural.