Countries<Spain<Comunidad Valenciana<Ayora< Castillo de Ayora
The complex consisted of a four-story palace-residence, two fortified squares and a large keep, as well as other outbuildings for soldiers and servants, cisterns and gardens. The complex was surrounded by nearly a thousand meters of walls and defensive towers.
The castle was ruined by the troops of Philip V in the War of the Spanish Succession, but its profile and large dimensions are still perceptible. Among its remains are the square keep, the false door, built by the Marquise of Zenete in the sixteenth century, on which was her coat of arms, as well as walls, ramparts, cubes, moats and cisterns.
Of Muslim origin, it was completely rebuilt in the 13th century after the reconquest of the Ayora Valley by Aragonese troops between 1239 and 1243. With the signing of the Treaty of Almizra in 1244 between the Crown of Castile and the Crown of Aragon, Ayora was taken over by the Castilians. By the Treaty of Campillo signed in 1281 between Alfonso X the Wise of Castile and Pedro III the Great of Aragon, Ayora passed back into Aragonese hands, as war compensation.
By the agreement of Elche in 1305, Ayora was incorporated into the Kingdom of Valencia by decision of the King of Aragon, James II the Just.
With the decree of expulsion of the Moors in 1609, the valley was practically depopulated, after they had rebelled against the royal power.
During the fourteenth and fifteenth centuries, Ayora was a place of lordship, being the property of the Admiral of Aragon Bernardo de Sarriá. In 1492 it was bought by Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza (son of Cardinal Mendoza), first Marquis of Zenete, who died in 1523. His daughter Mencía de Mendoza, Marquise of Zenete, (Jadraque, 1508 - Valencia, 1554) inherited the manor, but when she died without descendants it passed to her sister María, married to Diego Hurtado de Mendoza, Duke of Infantado, remaining attached to his domains until 1837, when the manorial regimes were abolished.
During the sixteenth and seventeenth centuries, the castle underwent major reforms to condition it as a palace, including the construction of the so-called False Gate, ordered by Doña Mencía de Mendoza.
The castle is practically in ruins since 1707 when the troops of Philip V under the command of the Count of Pinto stormed, sacked and burned the town and the castle, which was abandoned. In 1812 the French occupied the valley and destroyed what little remained of the castle.
With an elongated ground plan, it adapts to the terrain on which it is built. In its center and dominating the landscape rises the tower of homage, of quadrangular plant. Made of masonry and ashlar masonry, there are remains of mud walls from a previous Muslim construction.
It has two squares, a larger one known as the Plaza de Armas with a geometric pebble pavement and a smaller one to the south, considered the courtyard of the old palace-fortress of the Marquesa de Zenete.
The castle was surrounded by a line of walls approximately six meters high and 900 meters long. Among the ruins we can find the remains of several quadrangular towers and a semicircular one; as well as ancient outbuildings.
El conjunto se componía del palacio-residencia de cuatro plantas, dos plazas fuertes y una gran torre del homenaje, además de otras dependencias para soldados y servidumbre, aljibes y jardines. El conjunto estaba rodeado por cerca de mil metros de murallas y torreones de defensa.
El castillo quedó arruinado por las tropas de Felipe V en la Guerra de Sucesión Española, pero su perfil y grandes dimensiones todavía son perceptibles. Entre sus restos destaca la torre del homenaje, de planta cuadrada, la puerta falsa, mandada construir por la Marquesa de Zenete en el siglo XVI, sobre la que estaba su escudo de armas, así como lienzos, murallas, cubos, fosos y cisternas.
De origen musulmán, fue reconstruido en su totalidad en el siglo XIII tras ser reconquistado el Valle de Ayora por tropas aragonesas entre 1239 y 1243. Con la firma del Tratado de Almizra en 1244 entre la Corona de Castilla y la Corona de Aragón, Ayora queda en poder de los castellanos. Por el Tratado de Campillo firmado en 1281 entre Alfonso X el Sabio de Castilla y Pedro III el Grande de Aragón, Ayora pasa nuevamente a manos aragonesas, como compensación de guerra.
Por el acuerdo de Elche de 1305, Ayora pasará a incorporarse al Reino de Valencia por decisión del rey de Aragón Jaime II el Justo.
Con el decreto de expulsión de los moriscos en 1609, el valle quedó prácticamente despoblado, después que éstos se hubieran rebelado contra el poder real.
Durante los siglos XIV y XV, Ayora fue lugar de señorío, siendo propiedad del almirante de Aragón Bernardo de Sarriá. En 1492 fue comprada por don Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza (hijo del Cardenal Mendoza), primer marqués de Zenete, que falleció en 1523. Su hija Mencía de Mendoza, marquesa de Zenete, (Jadraque, 1508 - Valencia, 1554) heredó el señorío, pero al morir sin descendencia pasó a manos de su hermana María, casada con Diego Hurtado de Mendoza, Duque del Infantado, quedando unido a sus dominios hasta 1837, cuando se abolieron los regímenes señoriales.
Durante los siglos XVI y XVII, el castillo sufrió importantes reformas para acondicionarlo como palacio, entre ellas la construcción de la conocida como Puerta Falsa, mandada realizar por doña Mencía de Mendoza.
El castillo se encuentra prácticamente en ruinas desde que en 1707 las tropas de Felipe V al mando del conde de Pinto tomaron por asalto, saqueando y quemando la población y el castillo, que quedó abandonado. En 1812 los franceses ocuparon el valle y terminaron con lo poco que quedaba del castillo.
De planta alargada, se adapta al terreno sobre el que está construido. En su centro y dominando el paisaje se alza la torre del homenaje, de planta cuadrangular. Realizada en mampostería y sillería, se observan restos de tapial de alguna construcción anterior musulmana.
Dispone de dos plazas, una más grande conocida como la Plaza de Armas con un pavimento de guijarros de diseño geométrico y otra más pequeña al sur considerada como el patio del antiguo palacio-fortaleza de la Marquesa de Zenete.
El castillo se rodeaba por una línea de murallas de aproximadamente seis metros de altura y 900 de longitud. Entre las ruinas podemos encontrar restos de varias torres cuadrangulares y una semicircular; así como de antiguas dependencias.