Countries<Spain<Comunidad Valenciana<Carcaixent< Mercado Municipal de Carcaixent
MUNICIPAL MARKET
The origin of the weekly market can be found in the tenth chapter of the privilege of the University of 11 March 1576, in which Carcaixent was granted this faculty. The primitive location of the market was distributed around the church: in the Plaza de la Verdura (today Plaza Miguel Hernández), in the Plaza Mayor and in the Plaza da las Gallinas (today Plaza de la Constitución), three places where it was still located at the beginning of the 20th century.
Until the beginning of the 20th century, the population did not have much need to stock up on vegetables, fruit or pulses, as the majority were farmers and planted these and other vegetables on their land. Meat was sold in butcher's shops, which also sold groceries, and tobacco was sold in barber's shops.
With the growth of the orange trade and, therefore, of the population who lived in Carcaixent and who did not own land, the need was created to establish a fixed point of sale so that people could buy food for their daily diet, and it was at that time that the retail market was born.
With the turn of the 20th century, one of the most important urban planning needs that arose was the construction of a new building for the market, as the economic importance of the town and health regulations demanded it.
On 2 December 1925, the Carcaixent Town Council, meeting in plenary session, approved the execution of an important Reform Plan for the town. Among many other works, it foresaw the construction of a new Municipal Market.
One of the most important difficulties that existed was the lack of land on which to construct the building; different locations and projects were proposed, but the definitive solution was found in 1931 by José Vidal Canet, a merchant, businessman and councillor at the time. He offered the Town Hall, free of charge, the land needed to build the Market and the adjacent streets at the end of Calle Mestre Giner, which were then fields. The municipal corporation, chaired by José Donat Sanz, accepted the offer made by Vidal and the project was quickly undertaken.
The municipal architect Alfredo Burguera drew up the final project, which was awarded to the contractor Bautista Fillol for a final budget of 424,592 pesetas. The works lasted nearly two years and the new market was inaugurated on 11 November 1934. The exterior of the modernist style building is made of solid brick and is decorated with blue ceramic tiles, with two soffits with the city's coat of arms standing out. It has a central nave with highly decorated walls, buttresses and two adjoining side naves with large windows that allow natural light to enter and improve ventilation.
It measures 33 x 75.80 metres on the ground floor.
It has four entrances and in one of them (the one that opens onto Ramón y Cajal street) the year of construction can be seen on the forging of the door (1934).
The building is raised above street level to prevent the continuous floods of the Xúquer from invading its installations.
For more than 50 years the Municipal Market has remained as it was built, with only the necessary alterations being made as time went by and in accordance with the regulations in force at any given time.
At the end of the 1990s, the Town Hall undertook a comprehensive reform of the interior of the building in order to modernise it. Thus, among many other works related to water services, lighting, air conditioning, etc., a total change of the interior appearance was carried out. The original continuous stone benches that ran the length of the building, where the fruit, vegetable and fish stalls were located, were removed. The stalls for other activities such as cold cuts, groceries, butchers and bakeries were also replaced by more modern installations that have allowed the range of activities to be expanded. With the new layout, a series of common services have been established for traders, such as a concierge's office, cold storage, loading and unloading dock, packaging and changing rooms, etc.
Despite the scale of the works, the Market was never closed to the public, so that since 1934 the Carcaixent Municipal Market has been a reference point for retail sales due to its excellence.
Translated with www.DeepL.com/Translator (free version)
MERCADO MUNICIPAL
El origen del mercado semanal se encuentra en el décimo capítulo del privilegio de Universidad del 11 de marzo de 1576, en el cual se concede a Carcaixent esta facultad. La primitiva ubicación del mercado estaba repartida alrededor de la iglesia: en la plaza de la Verdura (hoy Plaza Miguel Hernández), en la Plaza Mayor y en la plaza da las Gallinas (hoy en día, plaza de la Constitución), tres lugares donde aún se encontraba a principios del siglo XX.
Hasta principios del siglo XX, la población no tenia demasiada necesidad de aprovisionarse de verduras, frutas o legumbres, ya que la mayoría eran labradores y plantaban en sus terrenos estas y otras hortalizas. La carne se vendía en carnicerías, que también dispensaban ultramarinos, y el tabaco se vendía en las barberías.
Con el crecimiento del comercio de la naranja y, por tanto, de la población que vivía en Carcaixent y que no era propietaria de tierras, se creo la necesidad de establecer un punto de venta fijo para que la gente pudiera comprar viandas para la alimentación diaria, y fue en ese momento cuando nació el mercado al detalle.
Con el cambio al siglo XX, una de las necesidades urbanísticas más importantes que se planteó era la construcción de un nuevo edificio para el mercado, puesto que así lo exigía la importancia económica de la población y las disposiciones de salubridad.
El 2 de diciembre de 1925, el Ayuntamiento de Carcaixent, reunido en sesión plenaria, aprobaba la ejecución de un importante Plan de Reformas para la ciudad. Entre otras muchas obras, preveía la construcción de un nuevo Mercado Municipal.
Una de las dificultades más importantes que existía era la falta de terrenos donde construir el edificio; se plantearon diferentes ubicaciones y proyectos pero la solución definitiva la dio, en 1931, José Vidal Canet, comerciante, empresario y entonces concejal. Ofreció gratuitamente al Ayuntamiento los terrenos necesarios destinados a construir el Mercado y las calles adyacentes al final de la calle Mestre Giner, que entonces eran campos. La corporación municipal, presidida por José Donat Sanz, aceptó el ofrecimiento hecho por Vidal y rápidamente se emprendió el proyecto.
El arquitecto municipal Alfredo Burguera redactó el proyecto definitivo, que fue adjudicado al contratista Bautista Fillol por un presupuesto final de 424.592 pesetas. Las obras duraron cerca de dos años y el nuevo mercado fue inaugurado el 11 de noviembre de 1934. de estilo modernista, el exterior está construido de ladrillo macizo y tiene una decoración de placas cerámicas de color azul, donde destacan dos plafones con el escudo de la ciudad. Cuenta con una nave central con testeros muy decorados, contrafuertes y dos naves laterales adosadas con grandes ventanales que permiten la entrada de luz natural y una mejor ventilación.
Tiene unas dimensiones de 33 x 75,80 metros sobre planta.
Posee cuatro entradas y en una de ellas (la que abre a la calle Ramón y Cajal) se puede apreciar el año de construcción en la forja de la puerta (1934).
El edificio se encuentra elevado sobre el nivel de la calle para evitar que las continuas riadas del Xúquer invadieran sus instalaciones.
Durante más de 50 años el Mercado Municipal se ha mantenido tal como se construyó, solamente se realizaron reformas necesarias por el paso del tiempo y por la normativa vigente en cada momento.
A finales de los años 90, el Ayuntamiento abordó una reforma integral del interior del edificio para modernizarlo. Así, entre otras muchas obras relacionadas con los servicios de agua, alumbrado, aire acondicionado, etc., se llevó a cabo un cambio total del aspecto interior. Se eliminaron los originarios bancos de piedra contínuos que recorrían todo el largo del edificio, donde se ubicaban las paradas de fruta, verdura y pescadería. También se sustituyeron las paradas destinadas a otras actividades como por ejemplo venta de fiambres, ultramarinos, carnicerías u hornos por otras instalaciones más modernas que han permitido ampliar la oferta de actividades. Con la nueva disposición se han establecido una serie de servicios comunes para los comerciantes como son conserjería, cámara frigorífica, muelle de carga y descarga, o almacén de envases y vestuarios, etc.
A pesar de la envergadura de las obras, en ningún momento se cerró el Mercado al público, por lo que desde 1934 el Mercado Municipal de Carcaixent ha sido un referente de la venta al por menor por su excelencia.