Countries<Spain<Comunidad Valenciana<Cullera< Castillo de Cullera
The Castle is, without a doubt, the most emblematic historical monument in Cullera and the Ribera Baja del Júcar. It has been declared a National Monument and Asset of Cultural Interest and is a construction begun in the 10th century, in the midst of the Caliphate era, on ruins from earlier times, to improve the surveillance and defense of the mouth of the Júcar and protect the city of Valencia from the south . Its location next to the Mediterranean, dominating the Gulf of Valencia and the Ribera del Xúquer prove its enormous strategic importance in times past. National Monument and Asset of Cultural Interest (BIC), this fortification is a set of disparate elements in its form and in its chronology, as corresponds to its prolonged use, its different owners (with the conquest, Jaime I kept the half of the castle, leaving the Order of the Hospital as the owner of the other half, although shortly afterwards it became the property of the Order of Montesa) and to the successive reforms, restorations and extensions to which it has been subjected over the centuries. Before entering fully into a succinct description of the castle, it is convenient to stop at its esplanade from where we can contemplate the bay in its entirety, including views of the entire coast, arriving, on sunny days, even to see Denia and Montgó, as well as also the mouth of the Júcar river, the Penyeta del Moro, the orchards and, in the distance, the Marenyet tower - observatory-defense against Berber attacks - and the Estany lagoon. Few remains of the primitive fortress remain, and they correspond mainly to the remains of towers and wall lines scattered on the side of the mountain, as well as archaeological remains and elements fused with more modern constructions. His first albacara, for example, was partially in the space that today occupies the Sanctuary. The castle as it has come to us corresponds to the reforms carried out for a long time after the Christian Conquest until practically the Contemporary Age. The walled enclosure consists of five towers, very close to each other, which gives it a particularly massive and solid appearance: the Mayor or Homage tower; the Baluarte tower, attached to the previous one, built in the 16th century and designed to house the artillery; the White or Square tower; the Cap d'Altar tower, from the Islamic period, with a round plan and a place where the altarpiece of the Virgin was found; the Raspatller tower, also from the Islamic period and which defended the access to the second enclosure through the so-called Main Gate. The castle and the city had a defensive perimeter that extended along the side of the mountain and delimited the albacara or protected area within the walls. This wall was built using lime concrete rammed earth with stones, and included various towers, surely all of them with a square plan except the so-called Octagonal tower, also known by the name of the Scipio tower because of the Roman coins found in its surroundings. . This tower, in ruins, can still be seen on the side of the mountain, lonely and inhiesta. The wall started from it, more than 2m. thick, which joined the different defensive towers of the second basin of the castle, namely: the Desmochada Tower, the Torre del Racó or La Salut, the Torre Miranda and, finally, the Torre de la Reina Mora. As has already been pointed out, during the Carlist Wars and in the face of the threat of an attack by the Carlist general Cabrera, a new masonry defense with loopholes and sentry boxes was built, called "the line" that intended to close access to Cullera from the north. that is, from Valencia. It was never used and the so-called l´Alt del Fort remains in quite good condition. Also, the fortress of the castle was intensely fortified by increasing the medieval walls with loopholes and sentry boxes that facilitated the firing of the riflemen. At this point it must be said that we cannot miss the panoramic view offered by the Fort, which is easily accessed from the castle because it is truly spectacular. From there it is possible to contemplate the panorama of the north and south coast of Cullera, as well as the old city and the farmlands, rice fields and orange groves, up to the towns of Sueca and Favara. Not in vain has this viewpoint been called the Balcón del Júcar. The Castle of Cullera is municipal property, it is in very good condition, after its recent restoration, which has allowed it to be opened to all visitors. Now we will start the return by the same zigzag path that has been used in the ascent until we reach Calle del Calvario and thus end in the Market Square. With this we will follow the same steps that every Saturday after Easter the people of Cullera live and feel with the famous Baixà, the Bajada de la Virgen del Castillo, patron saint of the city.
El Castillo es, sin lugar a dudas, el monumento histórico más emblemático de Cullera y de la Ribera Baja del Júcar. Está declarado Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural y es una construcción iniciada en el siglo X, en plena época califal sobre ruinas de épocas anteriores, para mejorar la vigilancia y la defensa de la desembocadura del Júcar y proteger la ciudad de Valencia por el sur. Su situación junto al Mediterráneo, dominando el Golfo de Valencia y la Ribera del Xúquer prueban su enorme importancia estratégica en tiempos pasados. Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural (BIC), esta fortificación es, un conjunto de elementos dispares en su forma y en su cronología, como corresponde a su prolongado uso, a sus distintos propietarios (con la conquista, Jaime I se quedó con la mitad del castillo quedando la Orden del Hospital como propietaria de la otra mitad aunque poco después pasó entero a ser propiedad de la Orden de Montesa) y a las sucesivas reformas, restauraciones y ampliaciones a las que ha sido sometida a lo largo de los siglos. Antes de entrar de lleno en una descripción sucinta del castillo conviene detenernos en su explanada desde donde podremos contemplar la bahía en toda su extensión, incluyendo vistas de toda la costa, llegando, en días soleados, incluso hasta ver Denia y el Montgó, así como también la desembocadura del río Júcar, la Penyeta del Moro, las huertas y, a lo lejos, la torre del Marenyet—observatorio-defensa contra los ataques berberiscos—, y la laguna del Estany. De la primitiva fortaleza quedan pocos restos, y se corresponden fundamentalmente con restos de torreones y lienzos de muralla esparcidos por la ladera de la montaña, así como vestigios arqueológicos y elementos fundidos con construcciones más modernas. Su primera albacara, por ejemplo, se hallaba parcialmente en el espacio que hoy ocupa el Santuario. El castillo tal como ha llegado a nosotros se corresponde con las reformas realizadas de forma prolongada tras la Conquista cristiana hasta prácticamente la Edad Contemporánea. El recinto amurallado consta de cinco torres, muy próximas entre sí, lo que le da un aspecto especialmente macizo y sólido: la torre Mayor o del Homenaje; la torre Baluarte, anexa a la anterior, construida en el XVI y diseñada para albergar la artillería; la torre Blanca o Cuadrada; la torre de Cap d’Altar, de época islámica, de planta redonda y lugar en donde se encontró el retablo de la Virgen; la torre del Raspatller, también de época islámica y que defendía el acceso al segundo recinto por la llamada Puerta Principal. El castillo y la ciudad dispusieron de un perímetro defensivo que se extendía por la ladera de la montaña y delimitaba la albacara o zona protegida intramuros. Este amurallamiento se construyó a base de tapial de hormigón de cal con piedras, e incluía diversas torres, seguramente todas ellas de planta cuadrada excepto la llamada torre Octogonal, conocida también por el nombre de torre de los Escipiones por las monedas romanas encontradas en sus alrededores. Esta torre, en ruinas, todavía puede verse en la ladera de la montaña, solitaria e inhiesta. De ella partía la muralla, de más de 2m. de espesor, que unía las diferentes torres defensivas de la segunda albacara del castillo, a saber: la Torre Desmochada, la Torre del Racó o la Salut, la Torre Miranda y, finalmente, la Torre de la Reina Mora. Como ya se ha apuntado, durante las Guerras Carlistas y ante la amenaza de un ataque del general carlista Cabrera, se construyó una nueva defensa de mampostería con aspilleras y garitas, denominada “la línea” que pretendía cerrar el acceso a Cullera desde el norte, es decir, desde Valencia. Nunca llegó a utilizarse y de ella se mantiene en bastante buen estado el llamado l´Alt del Fort. También, la fortaleza del castillo se fortificó intensamente recreciendo las murallas medievales con aspilleras y garitas que facilitaban el disparo de la fusilería. Llegados a este punto hay que decir que no podemos perdernos la panorámica que ofrece el Fort al que se accede sin problemas desde el castillo porque es, realmente, espectacular. Desde allí es posible contemplar el panorama de la costa norte y sur de Cullera, así como la ciudad antigua y las tierras de cultivo, los arrozales y los naranjales, hasta las poblaciones de Sueca y de Favara. No en vano se ha denominado a este mirador como el Balcón del Júcar. El Castillo de Cullera es propiedad municipal, se halla en muy buen estado, tras su reciente restauración, que ha permitido su apertura a todos los visitantes. Ahora iniciaremos la vuelta por el mismo camino en zigzag que se ha utilizado en la subida hasta llegar a la Calle del Calvario y asi desembocar en la plaza del Mercado. Con ello seguiremos los mismos pasos que cada sábado después de Pascua viven y sienten los cullerenses con la célebre Baixà, la Bajada de la Virgen del Castillo, patrona de la ciudad.