Countries<Spain<Comunidad Valenciana<Millares< Castillo de Millares
It is a small fortification which had two enclosures. The exterior lacked towers. The interior, located in the highest part adapting to the topography, has high walls made of mud and towers at the ends.
The tower of the homage, of square plant and several heights, is made with tapial on stone basement.
Despite the diminutive with which it is named, the Castillet rises haughty and omnipresent over the orchard of Millares. From a stark rock, the fortress watches over the terraces of a timid agricultural development to the west and the river Júcar to the east.
The Castillet preserves the entire route of the wall, but the passage of time has damaged important parts of the canvas. The abandonment and the collapse have buried under the earth the area of the wall or the remains of the internal structures such as barns or rooms that the archaeological works are bringing to light. From the excavations have been recovered pieces of kitchen pottery that draw a stable picture of life in the Castillet, a permanent habitat for the garrison that guarded the square. But they have also recovered remains of table pottery dating an occupation between the late twelfth and early thirteenth century that coincide with the last period of Islamic rule in the Sharq Al-Alandalus before the Christian conquest of James I.
Se trata de una pequeña fortificación la cual contaba con dos recintos. El exterior carecía de torres. El interior, situado en la parte más alta adaptándose a la topografía cuenta con muros de gran altura realizados con tapial y torres en los extremos.
La torre del homenaje, de planta cuadrada y varias alturas, está realizada con tapial sobre basamento de piedra.
A pesar del diminutivo con que se le nombra, el Castillet se alza altivo y omnipresente sobre la huerta de Millares. Desde una roca descarnada, la fortaleza atalaya los bancales de un tímido desarrollo agrícola hacia occidente y el río Júcar hacia oriente.
El Castillet conserva íntegro el recorrido de la muralla, pero el paso del tiempo ha dañado partes importantes del lienzo. El abandono y el derrumbe han sepultado bajo la tierra la zona de antemuralla o los restos de las estructuras internas como graneros o habitaciones que los trabajos arqueológicos van sacando a la luz. De las excavaciones se han recuperado piezas de cerámica de cocina que dibujan una imagen estable de la vida en el Castillet, un hábitat permanente para la guarnición que guardaba la plaza. Pero también se han recuperado restos de cerámica de mesa que fechan una ocupación entre finales del siglo XII y principios del XIII que coinciden con el último período de dominio islámico en el Sharq Al-Alandalús antes de la conquista cristiana de Jaime I.