Countries<Spain<Comunidad Valenciana<Turís< Castillo de Turís
The fortress has a very large outer enclosure, which must have housed the original farmhouse. Of this first enclosure, the remains of long stretches of the wall and the remains of the tower to the northeast and some of the foundations of other towers have been preserved.
The inner enclosure was located on the highest part of the hill, with a tower to the south and others to the east built of rammed earth. The highest part is the keep, with a rectangular ground plan, three storeys and a crenellated terrace, all built in masonry.
The first fortification of the present castle was built at the beginning of the 11th century. It occupied only 500 m² and consisted of an oratory and a keep, both connected by a double wall. The oratory (zagüiya)3 contained the burial place (maqbara) with the remains of a holy person. It was visited by the locals, who entered through the wall of the alquibla, facing Mecca.
After the Christian conquest in 1238, the castle became the seat of a lordship. It was the residence of the governor and occasionally of the lord, and also had cellars and warehouses for the taxes collected, as well as facilities for its transformation.
At the beginning of the 15th century, the threat of the Kingdom of Castile from the Requena area led to improvements in the defences. The battlements were replaced by parapets with arrow slits, which made it easier to use them for firing crossbows and crossbows.
In 1449, an inventory of the castle's contents was drawn up at the request of the creditors of the local lord, Pere Boïl de Lladró. This text is one of the documentary bases for knowing the use of the fortress at that time. In 1451, essential alterations were made to various roofs; the castle was already in a very poor state of repair.
The dynastic union between Aragon and Castile in 1480 eliminated the castle's defensive interest. The local lords moved to a new seat in Turís, next to the church.
La fortaleza dispone de un recinto externo, muy amplio, que debió albergar la primitiva alquería. De este primer recinto se conservan restos de largos lienzos de la muralla y los restos de la torre situada al nordeste y algunos basamentos de otras.
El recinto interior se situaba en la parte más elevada del cerro, con una torre al sur y otras al este construidas con tapial. En la parte más alta se sitúa la torre del homenaje, de planta rectangular, tres plantas y terraza almenada, toda ella construida en mampostería.
La primera fortificación del actual castillo se construyó a inicios del siglo XI. Ocupaba solo 500 m² y se componía de un oratorio y un torreón, unidos ambos por una doble muralla. El oratorio (zagüiya)3 contenía la sepultura (maqbara) con los restos de una persona santa. Era visitado por los lugareños, que accedían por el muro de la alquibla, orientado hacia La Meca.
Tras la conquista cristiana en 1238, el castillo se transformó en sede de un señorío. Así era la residencia del gobernador y ocasionalmente del señor, contando también con bodegas y almacenes para los impuestos recaudados, e instalaciones para su transformación.
A inicios del siglo XV, la amenaza del reino de Castilla desde la zona de Requena, llevaron a realizar mejoras en las defensas. Las almenas fueron sustituidas por parapetos con troneras, de forma que facilitaba su uso para disparar espingardas y ballestas.
En 1449 se llevó a cabo un inventario de los contenidos del castillo, a petición de los acreedores del señor local, Pere Boïl de Lladró. Este texto es una de las bases documentales que permiten conocer el uso de la fortaleza en aquel momento. En 1451 se llevaron a cabo reformas imprescindibles en diversas techumbres; el castillo se encontraba ya en muy mal estado.
La unión dinástica entre Aragón y Castilla en 1480 eliminó el interés defensivo del castillo. Los señores locales se trasladaron a una nueva sede en Turís, junto a la iglesia.