Countries<Spain<Comunidad Valenciana<Xixona< Castillo y murallas de Jijona o Xixona
The first traces of population in Jijona date back to the Bronze Age. There are also Iberian sites and to a lesser extent Roman remains. The Almohad domination in the 12th century led to the erection of the castle.
Jijona was conquered by James I probably in 1245.
From 1245 to 1304 Jijona was the southern limit of the Kingdom of Valencia, until the time of James II.
Pedro II took care to fortify the castle in 1338, preventing a Muslim invasion that did not occur. In the war of the two Pedros it fell into the hands of Pedro I the Cruel, King of Castile, in 1364, to be reconquered again by Pedro IV of Aragon, who had the help of the people of Penáguila, Alcoy and Cocentaina.
In the War of Succession, Jijona supported the cause of Philip V, so the town and castle were attacked by the troops of Archduke Charles of Austria, who forced the surrender of the besieged in October 1706. However, 500 men managed to take refuge in the mountains, from where they launched a counteroffensive aided by people from Villena, who ended up recapturing the castle and the town. This motivated the concession of Felipe V to the town of several privileges, among which was the cession of the property of the castle. During the war of independence Jijona was invaded by the French army.
The castle is located in the steepest part on a hill whose topographic height reaches almost six hundred meters. The mound is almost exempt within a mountain range of greater entity that constitutes the spur of the Carrasqueta.
It is close to the buildings of the urban center that runs at its feet, although at a considerably lower level so that it does not alter the visual perception of the fortification.
The path that leads to the base of the castle has a certain degree of urbanization as there are some facilities of collective equipment of the population.
To the west there are steep, vertically cut slopes that constitute natural defenses of the castle.
The building occupies an extensive, elongated and very narrow plan of irregular shape, which is adapted to the different topographic heights, appreciating the remains of two perimeters of the walls, which form two enclosures.
In the highest part of the hill are the remains, almost at the level of the foundations or terraced, of numerous outbuildings for residential use of the castle.
The walls are built in opus incertum about 130 meters long in a NE-SW direction and about 35 meters wide, defended by four towers.
At the north end, located on a lower level than the top of the castle is the so-called Torre Grossa. It is a square prism. It has a powerful masonry base that serves to regularize the terrain. From a certain height the wall is formed by rows of very hard rammed earth. The tower is currently free-standing.
The walls of the urban center are absorbed by the existing farmhouse.
Los primeros vestigios de población en Jijona se remontan a la Edad de Bronce. También se localizan yacimientos íberos y en menor medida restos romanos. La dominación almohade en el siglo XII supuso la erección del castillo.
Jijona fue conquistada por Jaime I probablemente en 1245.
Desde 1245 hasta 1304 Jijona fue límite meridional del Reino de Valencia, hasta que en tiempos de Jaime II.
Pedro II se preocupó de fortificar el castillo en 1338, previniendo una invasión musulmana que no se produjo. En la guerra de los dos Pedros cayó en manos en 1364 en manos de Pedro I el Cruel, rey de Castilla, para ser de nuevo reconquistada por Pedro IV de Aragón, quien contó con la ayuda de las gentes naturales de Penáguila, Alcoy y Cocentaina.
En la guerra de Sucesión, Jijona apoyó la causa de Felipe V, por lo que la villa y castillo fueron atacados por las tropas del Archiduque Carlos de Austria, que obligaron a rendirse a los sitiados en octubre de 1706. No obstante 500 hombres lograron refugiarse en los montes, desde donde lanzaron una contraofensiva ayudados por gente de Villena, que terminaron reconquistando el castillo y la villa. Esto motivó la concesión de Felipe V a la villa de varios privilegios, entre los que se encontraba la cesión de la propiedad del castillo. Durante la guerra de la independencia Jijona fue invadida por el ejército francés.
El castillo se encuentra situado en la parte más escarpada sobre un cerro cuya altura topográfica alcanza casi seiscientos metros. El montículo se encuentra casi exento dentro de una cadena montañosa de mayor entidad que constituye la estribación de la Carrasqueta.
Queda próximo de las edificaciones del casco urbano que discurre a sus pies, aunque a cota considerablemente inferior de manera que éste no altera la percepción visual de la fortificación.
El sendero que conduce a la base del castillo presenta cierto grado de urbanización al encontrarse algunas instalaciones de equipamientos colectivos de la población.
Hacia poniente parecen laderas escarpadas y cortadas en vertical que constituyen defensas naturales del castillo.
El edificio ocupa una planta extensa, alargada y muy estrecha de forma irregular, que se adecua a las diferentes cotas topográficas, apreciándose los restos de dos perímetros de las murallas, que configuran dos recintos.
En la parte más elevada del cerro se encuentran los restos, casi al nivel de la cimentación o aterrados, de numerosas dependencias de uso residencial del castillo.
Las murallas están construidas en opus incertum de unos 130 metros de longitud en dirección NE-SW y unos 35 metros de anchura, defendidas por cuatro torres.
En el extremo norte, situada sobre una cota inferior a la cima del castillo se encuentra la llamada Torre Grossa. Es un prisma de planta cuadrada. Tiene un potente basamento de mampostería que sirve para regularizar el terreno. A partir de una determinada cota el muro está formado por hiladas de tapial de gran dureza. La torre se encuentra en la actualidad exenta.
Las murallas del casco urbano se encuentran absorbidas por el caserío existente.